Polio

Tendría yo unos diez años cuando a un amigo que llamaré J le diagnosticaron poliomielitis. Todas las familias que en aquel momento tenían una relación estrecha en el barrio se alarmaron y se pusieron a buscar remedio. Teóricamente, para J ya no lo había pero nadie estaba seguro. Se suponía que la vacuna Salk, desarrollada y probada en los EE.UU., había llegado a España hacia años. A pesar de eso nadie fue capaz de conseguirla. A mis padres se les ocurrió llamar a algunos parientes que teníamos allá, en los EE.UU. (fuimos familia de emigrantes) y consiguieron que nos enviaran 2 dosis de la vacuna por correo aéreo. Se decidió que una dosis era para J y la otra para mí, aparentemente el de mayor riesgo. Recuerdo vagamente el episodio en el que fuimos al "practicante" que era como se llamaba entonces al que ponía las inyecciones, al final de un pasillo y de una gran puerta de madera donde olía a medicinas.

J hoy es químico y tiene un buen trabajo pero la vacuna no le valió para nada y desde esos tempranos años tuvo que acostumbrarse a vivir sujeto a los bastones que le permiten caminar trabajosamente.
En cuanto a mí sólo se sabe que no tuve la enfermedad y que, por suerte, tampoco la tuvieron los otros niños del barrio. Esta historia mínima, cuyo desenlace permitió que años después hiciera montañismo, espeleología, ciclismo... (por cierto, hasta que me casé), es la justificación del post sobre las tendencias neocon en la sanidad que he desarrollado en el otro blog.

2 comentarios:

  Ulisses 101

1/5/07 02:43

Bueno, pues si te estuviera analizando y tal ahora diria, en tono neutro y con cara de poker:

"I això en què li fa pensar?"

  Ángel M. Felicísimo

1/5/07 09:58

Y yo contestaría que los psicoanalistas hacen demasiadas preguntas y apenas tienen unas pocas respuestas, siempre las mismas.
Pero bueno, por dar una respuesta en la línea: te diría que leas el post titulado "Azar" y que ahí tienes la respuesta que buscas (porque la buscas tú, no yo, que ya la tengo).
Bienvenido por aquí.