Palabras para julia y para ariadna

Hoy volví a escuchar las primeras estrofas de “Palabras para Julia”. Es un poema de José Agustín Goytisolo que tuvo su lugar en mis años adolescentes. Hoy se la pongo aquí junto a un poema mío rescatado con algo de rubor del cofre del pirata. El cofre aquél que enterré en una isla desierta y del que nunca volví a saber nada.

Palabras para Julia

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La ausencia de Ariadna

Dejo atrás la casa y tu recuerdo,

los arces del jardín,

compañeros fieles de estos años,

la valla blanca y el camino.

Con un puñado de tierra entre las manos,

con el vacío brotando de tu ausencia

recorro lentamente, una vez más,

el sendero que me lleva hasta las playas.

Sigue ahí el paisaje verde oscuro,

imperturbable por el tiempo,

sigue el viento, cansado de viajar

sobre las gaviotas del acantilado

sigue el roble, con cien años recorridos

bajo el cielo violeta y negro.

Vuelven para mí las horas sin final

en este rincón de brumas y de sueños,

la perpetua magia del silencio,

de la lluvia golpeando las ventanas,

del mar saltando sobre el faro,

perdidos todos en una noche interminable.




2 comentarios:

  Eugenio Manuel

6/6/10 22:23

Me encanta tu poema. No suelo entrar en este blog, soy un despistado, siempre entro en Golem. Por cierto, yo también escribo... algún día compartiré algo.

  Ángel M. Felicísimo

6/6/10 23:26

Bueno, apenas yo mismo entro en este blog :-)
Tendré que volver a prestarle algo de atención. Saludos.