 Me ha parecido oportuno este poema ¡cuánto se parece en intenciones al post que titulé Azar!
Me ha parecido oportuno este poema ¡cuánto se parece en intenciones al post que titulé Azar!
Para que yo me llame Ángel González,      
 para que mi ser pese sobre el suelo,  
 fue necesario un ancho espacio  
 y un largo tiempo:  
 hombres de todo mar y toda tierra,  
 fértiles vientres de mujer, y cuerpos  
 y más cuerpos, fundiéndose incesantes  
 en otro cuerpo nuevo.  
 Solsticios y equinoccios alumbraron  
 con su cambiante luz, su vario cielo,  
 el viaje milenario de mi carne  
 trepando por los siglos y los huesos.  
 De su pasaje lento y doloroso  
 de su huida hasta el fin, sobreviviendo  
 naufragios, aferrándose  
 al último suspiro de los muertos,  
 yo no soy más que el resultado, el fruto,  
 lo que queda, podrido, entre los restos;  
 esto que veis aquí,  
 tan sólo esto:  
 un escombro tenaz, que se resiste  
 a su ruina, que lucha contra el viento,  
 que avanza por caminos que no llevan  
 a ningún sitio. El éxito  
 de todos los fracasos. La enloquecida  
 fuerza del desaliento...

 
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